Esta
película nos enseña que no es oro todo lo que reluce. Nos muestra un mercado
totalmente capitalista, lleno de altibajos, tal como una montaña rusa, donde en
una noche lo tienes todo y al día siguiente te quedas sin nada. La obsesión y
búsqueda constante de oro, cómo los personajes dan hasta sus últimos dólares,
sus últimos suspiros para conseguir dicho metal.
Dirigida
por Stephen Gaghan (Abandon, Syriana), "Gold: el torrente
dorado", "Gold, la gran estafa" o "Gold, El poder de la
ambición" fue estrenada en el 2016. Y creo que uno de
los motivos de verla es que se inspiró en una historia real, nada más ni nada
menos que de La verdadera historia de la empresa canadiense Bre-X Minerals.
Kenny Wells
(Matthew McConaughey) es un fracasado hombre de negocios que está
desesperado por tener un golpe de suerte. Es entonces cuando, en un último
esfuerzo, decide convertirse en explorador. Wells se asocia con Michael Acosta
(Edgar Ramirez), un geólogo con la misma poca fortuna.
Protagonizada por McConaughey (Interstellar, Mud, Tiempo para matar, Killer Joe) y por el venezolano Edgar Ramirez (En el punto de vista, Manos de piedra, La chica del Tren, Point Break) además de contar con Bryce Dallas Howard (Me llaman loca, Spider Man 3) y con una apenas aparición de Macon Blair (Ya no me siento a gusto en este mundo, Green Room, Hold the Dark).
Esta
película nos ofrece muchos puntos para analizar pero nos centraremos en los más
importantes: la desesperación y el "periodo de fiebre de oro" que
sufre Kenny. Él no echaba oportunidad a perder y apostaba a todo. Su única
fuente y base por la que se basaban sus ideales eran por dos motivos: la
herencia del trabajo de su padre cuya empresa estaba al borde del quiebre y su
deseo por revertir esa situación. Por otra parte, hay que tener en cuenta el
sueño que tuvo: ver por encima de los bosques y montañas indonesias, el lugar
perfecto donde iban a encontrar oro en cantidades abundantes. Una de sus frases
más emotivas durante la película:
"Si
vendes tu sueño, ¿Con qué te quedas?"
Kenny Wells (Matthew McConaughey)
Otro punto
a remarcar son los altibajos del mismo que, junto al alcohol y al cigarrillo
termina colisionando en una enfermedad el cual lo deja en cama por semanas
mientras su colega era quien mantenía la obra, la extracción y se fijaba en los
resultados obtenidos.
El dúo
entre los dos protagonistas, aunque sea el estadounidense quien se lleva la
mayoría de los créditos, se nota tanto en la actuación como en la trama en sí.
Mientras que uno es el cursi y el poseedor de todos los vicios, el otro es mas
frívolo y conocedor de la naturaleza. Aunque ambos tienen una única ambición:
el oro.
Y esta
amistad que se va gestando a lo largo de la película se hace visible, tanto el
la confianza que van adquiriendo uno con respecto al otro. La confianza de uno
era el sostén del otro y así viceversa. Se complementaban. Un gran trabajo
tanto en el guión como en las actuaciones.
"Estabas
buscando bauxita y encontraste cobre. Yo estaba buscando oro y encontré un
amigo"
Kenny Wells a Michael Acosta
En Gold se pueden ver tres
facetas: la vida personal de Kenny, cómo nos cuenta su historia, con su voz de
narrador en primera persona. Luego, nos adentra al mundo de los negocios y las
bolsas, especulación pura. Ese don de negociar y favorecerse, esa capacidad de
manipular. Este mundo vestido de traje se nos enseña de una forma efectiva y
muy dramática. Por último, Gold nos brinda las selvas indonesias, sus tierras
exóticas y cómo se ven invadidas por las poderosas maquinarias, extractoras de
oro. Poco se ve del proceso de las muestras de los suelos. Se inclinaron más
por la crisis de, principalmente, el protagonista, los giros de trama y dejaron
otros temas como casi terciarios, decisiones admitibles.
Aunque la fotografía de
Robert Elswit se lució más en las tomas por helicóptero o en los momentos de
extracción, estuvo correcta en todo momento. Por otro lado, el diseño de
producción y vestuario, que ambientan perfectamente los años 80, donde se
desarrolla la trama, son considerablemente notorios, sin contar las grandes
actuaciones de Matthew McConaughey y de un callado Edgar Ramirez. Un drama con
toques de comedia, el cual nosotros mismos somos quienes presenciamos los
altibajos de los actores, donde nosotros mismos somos estafados.
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